viernes, abril 25, 2008

Escuelas Expulsoras según el Diario de la República

El abandono escolar, una forma de exclusion social
El 53% de los chicos sanluiseños entre 19 y 24 años no terminó la secundaria


En San Luis, más de 9.000 chicos dejaron la secundaria. Sobre un total de 34.768 adolescentes inscriptos en los secundarios en el año 2006, el 26,5% abandonó.
Nazareno tenía 16 años cuando volvió a la escuela a unos 7 kilómetros del tambo donde vivía y trabajaba ayudando a su madre, en la crianza de los terneros destetados. Había abandonado un año atrás en la ciudad, porque no podía conciliar el trabajo con el estudio.
Tras la separación de sus padres, la mamá encontró trabajo y vivienda en la estancia. Las tareas eran con horarios estrictos para alimentar los terneros con mamadera y sustituto de leche, abrigarlos, darles la medicación y limpiar las “guacheras”. Tiene cinco hermanos más y él es el varón mayor. Su hermana más grande ya tiene su familia.
Compró una moto que le permitiera ir hasta la escuela para terminar el secundario, porque no pasa ningún transporte por el lugar. Puso sus ganas de aprender, su paciencia, su gran facilidad para dibujar y su trato cordial. Las cosas iban muy bien. Sólo el sueño de la siesta le podía jugar una mala pasada en clase, pues a las 4 de la mañana le daba el primer biberón con sustituto de leche a los terneros.
Sus dibujos fueron premiados en distintos concursos y en los estudios andaba, “bastante bien, en 9º año me defendía”. Su autoestima estaba mucho mejor, sus compañeros y el resto de los chicos y los docentes lo querían mucho.
Al año siguiente, tras un diagnóstico de cáncer de su madre las cosas se complicaron. Ahora no estaba ella en condiciones para hacer la tarea sola a la tarde, cuando él no estaba. Tampoco era momento para perder tan buen trabajo con obra social.
Empezó a faltar día por medio, luego arregla con los directivos de la escuela retirarse antes todos los días, siempre esperando una pronta mejoría de su madre. Se llevaba prácticos preparados por los docentes, pero la enfermedad se complicó y la mejoría tardaba. Varios fueron los sustos con las recaídas. Además debía atender a sus hermanos más chicos y mandarlos a la escuela. Finalmente, abandonó. “Hoy, ya tengo una hija de dos años”, dice.
Como Nazareno, más de la mitad, el 53% de los chicos sanluiseños entre 19 y 24 años tienen el secundario inconcluso.
El problema de la deserción en San Luis y en el país es serio, sobre todo en los últimos tramos del secundario. El abandono es el último escalón de un proceso cuyos primeros síntomas son el bajo rendimiento escolar, la repitencia y el ausentismo.
En la provincia, las estadísticas nacionales porque provinciales no hay, muestran que el abandono interanual es de 9,3% en los primeros años del secundario, que llega al 17,2% en los últimos tres. Esto afecta, principalmente, a 9.213 adolescentes sanluiseños.
La repitencia, que tiene gran incidencia en el abandono escolar, es del 10,8% en los primeros años del secundario y de 7,6 % en los últimos. Otro indicador que podría incidir y da cuenta del crecimiento de la deserción a medida que se avanza en los niveles educativos es el de la promoción efectiva —los chicos que aprueban el año—, que en el primario es del 87,1%, cae a 79,6% en los primeros años del secundario y desciende al 78,5% en los últimos tres del secundario.
Para Mario Gómez, director del Colegio 15 “Ingeniero Mercau” de Villa Mercedes, “pueden ser diversos los factores de abandono, muchos de los cuales del campo de lo económico-social. Desde el ámbito educativo inferimos que en los últimos años se ha incrementado una cierta indefinición de lo vocacional, fundamentalmente al no asumir las instituciones los perfiles propios de cada modalidad de Polimodal”.
“El abandono y la repitencia escolar es una problemática muy compleja donde se debe contemplar la incidencia de múltiples variables y por ende nos atañe en menor o mayor medida a todos. Si se pierde de vista esta complejidad se corre el riesgo de atribuir la responsabilidad principal de esta problemática a los alumnos, y perderse la oportunidad así, de analizarlo como un fenómeno multicausal”, explica Guillermo Visco, director de la Escuela Experimental Nº 2 de la Ciudad de San Luis.
Algo de eso hay, los expertos en el tema como Emilio Tenti Fanfani, sociólogo mendocino que coordina el área de Diagnóstico y Política Educativa del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE) de UNESCO, identifica dos motivos de la deserción escolar: las razones socioeconómicas (hogares pobres, familias fragmentadas) y una oferta escolar poco estimulante y de mala calidad.
La pobreza, la exclusión y la escasa capacidad de las escuelas para contener a sus alumnos son para UNICEF algunas de las causas principales de la deserción escolar, un problema en aumento, que deja afuera del sistema educativo a medio millón de adolescentes en la Argentina
En nuestra provincia, el 97,3% de los niños de 6 años empiezan la escuela, pero son muy pocos los que la terminan, sólo un 47 % en San Luis, en tanto en Villa Mercedes un 42 %, y menos aún los que logran acceder a la universidad.
“La transversalización de modelos sociales y perfiles individuales que promocionan los medios, atentan contra la permanencia de los jóvenes en el sistema, especialmente la promoción de éxitos y logros fáciles, la cultura del no esfuerzo, la tendencia a la comodidad, la libre elección de opciones cuando aún no está el adolescente preparado para ello, recordemos la opcionalidad para cursar Trayectos Técnicos Profesionales, que deprimió sensiblemente los resultados de los procesos formativos en la educación técnica”, explicó el director mercedino Gómez, a partir de su experiencia al frente de una de las escuelas técnicas más importantes de la provincia.

Problemas de inclusión y calidad
Del 53% de chicos sanluiseños que en la actualidad han abandonado la escuela, la mayoría proviene de los estratos más pobres de la sociedad sanluiseña y que así parece condenada a perpetuar el círculo de la pobreza. Problemas de inclusión tiene la secundaria, sólo un tercio del total de adolescentes está cursando el último año del secundario.
También tiene problemas de calidad, así lo demuestran los resultados de la evaluación educativa con un 52% de logro en las capacidades y contenidos evaluados en Matemática y un 51% en Lengua, por debajo de la media nacional en ambos casos.
Ahora, ¿la institución escolar no debería estimular a los chicos para que se interesen? “Todas las instituciones formadoras debemos fomentar la búsqueda de la pertenencia de los alumnos en relación al establecimiento y oferta que los contiene. Debemos alentar la permanencia del alumno ofreciéndole sin retaceos una cotidiana manifestación de la identidad que caracteriza a cada casa de estudios”, explica el director del Colegio 15.
Para Visco, director general de la escuela “Puertas del Sol”, la clave es la prevención: “es cierto que la institución escolar en el corto plazo muchas veces no puede solucionar problemas que emergen de la sociedad, sí puede realizar acciones que vayan revirtiendo el problema de la deserción escolar en el corto plazo, y en el largo plazo, puede promover cambios sociales importantes que se orienten a la modificación de la escala de valores imperantes”.
Para esto “es fundamental que la escuela tenga información válida para tomar decisiones y es conveniente que realice un diagnóstico cualitativo y cuantitativo de la situación o de las características de su comunidad educativa. Esta información sumamente importante no debe ser usada para justificar el fracaso de los alumnos sino, por el contrario, para diseñar acciones o estrategias que tiendan a evitar ese fracaso”, advirtió.
Según los expertos en el tema, es fundamental fijar medidas de prevención, más aún si se estima el hecho que la escuela secundaria es obligatoria a partir de la nueva Ley de Educación Nº 26.206, lo cual amplía el compromiso del Estado. Es decir, el problema del abandono escolar requiere políticas públicas.
También, requiere que las estrategias sean individuales porque cada chico es un mundo, tal como la historia de Nazareno, de Matías y de Lautaro.
“Si a ello sumamos una cada vez más dificultosa interrelación con padres y tutores en cuanto a las posibilidades de acercarse a la escuela y compartir el proceso de aprendizaje de sus hijos, terminamos desempeñando las intenciones más rescatables en un marco poco propicio para el logro de resultados”, concluyó el director Gómez, al poner en escena a otro de los actores de este problema, la familia.

Ausencia de sentido
En el libro “Culturas juveniles y cultura escolar”, Tenti Fanfani se refiere a la escuela secundaria y lo que ofrece como educación escolar a los adolescentes y jóvenes. Para él hay cambios que caracterizan hoy lo educativo y que deben tenerse en cuenta, la masificación del secundario y la morfología social de las nuevas adolescencias. Estas transformaciones en la demografía, la morfología social y la cultura de las nuevas generaciones pone en crisis la oferta tradicional de educación escolar, y para el autor los síntomas son “la exclusión y el fracaso escolar, el malestar, el conflicto y el desorden, la violencia y las dificultades de la integración en las instituciones, y sobre todo la ausencia de sentido de la experiencia escolar para proporciones significativas de adolescentes y jóvenes.”


Un debate abierto
Daniel Poder
Director Periodístico
dpoder@grupopayne.com.ar
Los especialistas de UNESCO y UNICEF identifican dos factores preponderantes a la hora de analizar el fenómeno de la deserción escolar: la exclusión social y la poco estimulante calidad educativa.
Ahora bien, si los bolsones de marginación y pobreza que son una marca registrada en el noreste argentino, no tienen réplica en San Luis, ¿por qué los indicadores educativos en cuanto a deserción y calidad son similares en provincias como San Luis y Santiago del Estero? Esta paridad no deja de sorprender a especialistas que analizan la educación en todo el país.
Indudablemente nos debemos un debate sobre la contención que las escuelas puntanas le brindan a nuestros jóvenes.

Qué es la Diniece
La Dirección Nacional de Información y Evaluación de la Calidad Educativa (Diniece) es la unidad del Ministerio de Educación responsable de producir, analizar y difundir información sobre diferentes aspectos del sistema educativo nacional, con excepción del nivel universitario y desarrolla investigaciones orientadas a mejorar su calidad y equidad.
La información estadística surge de los relevamientos anuales que en cada escuela del país, en forma conjunta, realiza la Diniece y las unidades de Estadística Educativa de las provincias, a través de la Red Federal de Información Educativa.
Estos relevamientos constituyen una línea de trabajo central de la Diniece y permiten, desde hace 10 años, reunir información consolidada a nivel nacional sobre los principales componentes del sistema educativo.

Historias de abandono
Matías (15) y sus tres hermanos vinieron desde Buenos Aires a vivir con su abuela materna a la ciudad de San Luis. Un juez de menores tomó la decisión que esto fuera así, por una profunda depresión que padecía su mamá y las carencias económicas por las que atravesaban.
Hacía un año que no iba a la escuela y volvió al 9º año de una escuela provincial cercana a su domicilio. A los dos meses de ingresar, lo encuentran en el baño del establecimiento sudado y perdido. Un padre médico que se encontraba en una reunión lo revisa, y le dice que tomó pastillas varias que le había sacado a su abuela.
La escuela, inmediatamente pide ayuda al Centro del Adolescente quienes junto a FAS ayudan a Matías y su familia.
El trabajo fue duro para él y toda su familia y más aún para una abuela que se encontraba con la novedad.
Los aprendizajes eran buenos, salvo la abulia que lo invadía cada tanto. Los docentes, sorprendidos por su muy buen rendimiento escolar, a pesar de los problemas. “Siempre fui bueno en matemática” nos dice .
Desconcertaba tan buenos rendimientos con tantos problemas emocionales.
“Le robé dinero a una profesora para comprar unas ‘pepas’ (pastillas) y nuevamente tuve problemas en la escuela. Yo los entiendo, me daban todo el apoyo pero yo les fallaba. Ya no me daba la cara.... empecé a ratearme... No podía mirarlos”, explica avergonzado.
“Mi abuela se enteró y se puso muy mal. No quiso saber más nada conmigo. Mis hermanos son distintos: son estudiosos y tienen amigos. No pude hacer amigos acá” dice Matías.
El juez decidió que lo tuviera su papá en Buenos Aires a quien Matías no veía hacía años. Vive con él, pero no volvió más a la escuela. En la actualidad, no trabaja ni estudia y tiene 17 años.
Viene a San Luis a visitar a su mamá que se radicó aquí y a sus hermanos.

Lautaro (18), vive en Villa Mercedes, y es un chico de clase media. Empezó el secundario en el Colegio 15, estuvo un año. No le gustó la escuela técnica. Pasó a una escuela céntrica donde quedó con dos previas en el 8º año y por disposiciones del momento y de la escuela, se queda sin vacante. De nada valió ir, hasta con un abogado. La escuela se cerró en la resolución interna, la cual era desconocida por Lautaro y su madre.
Le dicen, las mismas autoridades de la escuela, “anotate en una nocturna. Y en julio pedí el pase y te volvés”. Eso hizo.
Cuando volvió se sintió incómodo en su escuela. Sentía que no era su lugar. Sin embargo, en los estudios todo bien, había mejorado.
“Después de probar la nocturna, te cuesta estar con los compañeros de tu edad. No sé, hice hasta 9º año y decidí no ir más y me fui a trabajar.
“Mi familia me dijo de todo, pero después nadie más me habló del tema. Mi mamá, mis tíos y mi abuela me cortaron la plata para las salidas, la compra de ropa y zapatillas. Sólo me daban de comer.”
Ayudaba a un pintor, tenía algo de dinero pero la familia que siempre lo había apoyado y ayudado le dio la espalda frente a la decisión de dejar la escuela. “Eso me mataba”, dice ahora.
Entonces, tomó la decisión de inscribirse en un instituto de secundario a distancia y pagarlo con su trabajo. Su familia cambió de actitud cuando les mostró que estaba preparando materias y cuando fue a rendir. “No estaban muy de acuerdo, pero volver a una escuela nunca. No me sentía cómodo ahí”.
Hoy, ya está en la universidad cursando una de las ingenierías de la Universidad Nacional de San Luis.

Reflexiones de un experto
El sociólogo Emilio Tenti Fanfani, consultor del Instituto Internacional de Planeamiento para la Educación (IIPE) de la Unesco y coautor del libro “La Argentina de los Jóvenes”, entre otras cosas dice:
- Sobre la imposibilidad del secundario de contener los alumnos
El problema es que es una institución para las clases medias y medias altas. Hay una compleja red de factores, que son características del propio colegio, que favorecen el abandono: los horarios, los sistemas de evaluación, la división en materia, los contenidos. Mi hipótesis es que muchos chicos de sectores medios van al secundario porque no pueden hacer otra cosa o porque si no van, sus padres los matan. Eso no quiere decir que estén muy interesados pero tienen una presión social y familiar que los obliga a ir. Cuando no existe ese marco, como en los sectores más pobres, es más fácil que deserten.
- Sobre cómo debería adaptarse la escuela secundaria para contener los alumnos
Hay que hacer fuertes reformas para que esta institución sea más amigable con los chicos. Habría que repensar el sistema de promoción de los colegios secundarios. ¿Por qué tiene que repetir el año un chico que aprobó lengua, matemáticas, química pero reprobó otras cuatro materias? ¿Por qué no pensar un sistema de promoción similar al de la universidad, donde se vaya avanzando por módulos, no por años?
No es que a los chicos se les ocurre un día no ir más al colegio. Previamente han tenido problemas de aprendizaje, se han llevado materias, han repetido. Es como un juego donde uno pierde, pierde, pierde. Llega un momento que deja de jugar: a nadie le gusta jugar a un juego en el que siempre pierde.
- Sobre las oportunidades laborales que tienen
Lo trágico es que estos chicos son los que pretenden incorporarse en forma muy temprana al mercado de trabajo y son los que están en peores condiciones para hacerlo. Es un círculo vicioso. El hecho nuevo de la Argentina de hoy es la exclusión laboral, que es la madre de todas las exclusiones sociales. ¿Qué puesto de trabajo puede conseguir un chico entre 14 y 17 años con secundaria incompleta? Los que trabajan lo hacen en los sectores más informales, donde la explotación es mayor.
- Sobre lo que los chicos y chicas piensan sobre su futuro
Las personas mientras más desposeídos están de riqueza económica, de capital cultural, menos se plantean el problema del mañana. En cambio, la gente de clase media somos los más calculadores, los que tenemos la vida programada. Pero no toda la gente hace de su vida un proyecto en base a cálculos, previsión, planeamiento.
Y las probabilidades de que se vean tentados por alternativas paralegales son muy elevadas.
- Sobre la escuela como una alternativa para las nuevas generaciones para salir de la pobreza.
Uno siempre pensó la escuela como una gran herramienta de salvación social, el gran camino para salir de la exclusión. Pero si no hay una política decididamente fuerte de mejorar y adecuar la oferta educativa a las características de estos chicos, la situación se complicará cada vez más. Desgraciadamente, se ingresa a la carrera docente por los colegios más complicados cuando tendrían que ir allí los mejores profesionales de la educación, porque es mucho más complejo enseñar ahí que en el centro a los hijos de los intelectuales, los profesores y los profesionales. En cambio, ahí mandamos a los chicos recién graduados de los institutos de formación docente a iniciarse en la carrera, a bailar con la más fea. Y se favorece este círculo vicioso de la reproducción de la pobreza.

Políticas públicas contra la deserción
Sin políticas públicas contra la deserción escolar, anunciadas aún, lo que hay, son programas:
- Finalización del secundario para los empleados públicos, una iniciativa del Programa Recursos Humanos del Ministerio de Hacienda de la Provincia, a través del Ministerio de Educación, en escuelas nocturnas. Es un programa remedial.
- Línea de Becas Todos a Estudiar, de Programa Nacional de Inclusión Educativa, que en la actualidad cubre alrededor de 700 alumnos sanluiseños de 20 establecimientos escolares de la provincia. Esta línea es para los jóvenes que se encuentran fuera del sistema escolar. El alumno recibe una beca de $400 anual si vuelve a la escuela. Este es un programa que recibe muchos cuestionamientos de distintos sectores por el pago a los alumnos por volver y, otros por el monto que reciben nada más y nada menos que por volver a la escuela.
- Fundación Cimientos implementa el Programa de Becas Escolares en escuelas de Villa Mercedes con el objetivo de promover la permanencia de alumnos de bajos recursos socioeconómicos en el sistema educativo formal y contribuir a la mejora de su proceso de aprendizaje.
El programa consiste en el otorgamiento de becas (asignación económica) a niños y adolescentes que cursan el secundario, el acompañamiento educativo en su escolaridad y la participación en Jornadas de Encuentros de Alumnos Becados.


Acciones concretas para revertir el abandono escolar
El Diario de la República solicitó a las autoridades de la Escuela Experimental “Puertas del Sol” de la Ciudad de San Luis, como del Colegio 15 “Ingeniero Agustín Mercau” de Villa Mercedes acciones para lograr interés en los chicos por quedarse en la escuela.
“Puertas del Sol” es una de las instituciones que logra alta retención evidenciados en la superpoblación de los últimos cursos del secundario, cuestión poco usual en la actualidad. Y nos dicen:
Esta y las demás acciones deben realizarse desde Nivel Inicial, porque entre las causas de la deserción también está la repitencia en el Primario y la sobreedad con que los estudiantes llegan al Secundario.
Entre las acciones que se pueden desarrollar, teniendo en cuenta las posibilidades de las entidades educativas, se pueden considerar:
- Reuniones periódicas de docentes para concretar acuerdos de abordaje grupal o particular de los estudiantes, de modo que la acción del conjunto tenga coherencia.
- Propuestas de clases de aula que propicien la estimulación de éxitos y logros, la motivación para el estudio y el desarrollo de la autoconfianza.
- Búsqueda de estrategias de enseñanza que posibiliten el desarrollo de aprendizajes significativos.
- Actividades diferenciadas en el desarrollo de las clases.
- Proyecto de tutoría: de abordaje amplio, con seguimiento a alumnos situados en contextos socio - emocionales adversos. Y de abordaje específico con las tutorías académicas (seguimiento de los alumnos en riesgo pedagógico).
- Acta acuerdo con alumnos.
- Entrevistas con tutores a efectos de aunar criterios de seguimiento de los alumnos.
- Visitas domiciliarias.
- Incentivación de estudiantes para participar en propuestas de profundización de los conocimientos (olimpíadas, certámenes, concursos) , deportivas, solidarias, entre otras.
- Organización de actividades recreativas, solidarias y/o de intervención comunitaria con protagonismo creciente de alumnos.
- Clarificación de las expectativas que tiene la escuela en cuanto al aprendizaje de los alumnos y orientación respecto a las pautas que se deben cumplir para su acreditación.
- Asesoramiento oportuno a los padres y tutores y su compromiso de acompañamiento como devolución.
- La evaluación como una acción permanente en el proceso de enseñanza-aprendizaje, su consecuente comunicación, sin dilaciones, de los resultados parciales.
- La disponibilidad de tiempo por parte de los docentes para programar acciones de apoyo (esto se lograba con la conformación de cargos con horas cátedra institucionales, que en determinada época del año podían destinarse a estos proyectos de retención);
- La organización de cronogramas especiales de clases de apoyo o consulta agrupando alumnos por tipo de materia adeudada;
- La orientación vocacional permanente.
- Fomentar permanentemente la búsqueda de la pertenencia de los alumnos en relación al establecimiento y oferta que los contiene.

Desde el Colegio 15 “Ingeniero Mercau” dice su director: “hemos desarrollado acciones tendientes a disminuir los índices de repitencia, con relativo éxito, según los recursos disponibles en la oportunidad”, como:

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